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hablar de temas difíciles con los hijos

Sexo, drogas, divorcio, muerte o suicidio son algunos de los temas que no siempre son fáciles de  tratar con los hijos. Los padres o cuidadores siempre quieren evitar que los niños y adolescentes experimenten emociones desagradables como ansiedad, incomodidad o miedo. Y es precisamente esto lo que causan hablar de temas difíciles con los hijos; sin embargo, evitarlos no es la mejor opción.

Muchos padres pueden pensar que hablar de ciertos temas es la manera más efectiva de incitarlos a que caigan en aquello que se quiere evitar. Nada más alejado de la realidad. La evidencia muestra que, evitar hablar de temas difíciles con los hijos puede tener un impacto negativo en su desarrollo; tratar estos temas los puede preparar para afrontar mejor las situaciones.

Ahora, debes que tener en cuenta que estos consejos son pautas de crianza; es decir, principios que te pueden ayudar a guiarte por estos senderos de la educación de los hijos. No hay una receta perfecta que funcione con todos los niños y adolescentes.

¿Qué temas puede ser difíciles de tratar con los hijos?

Los tópicos que les resultan más difíciles a los padres de tratar son:

  • Rebeldía, permisos y amistades inconvenientes.
  • Cigarrillo, alcohol y drogas psicoactivas.
  • Sexualidad, pornografía y orientación sexual.
  • Miedos, ansiedad y estrés.
  • Internet y redes sociales.
  • Bullying o acoso escolar.
  • Divorcio, enfermedad, muerte y suicidio.

¿Cómo hablar de temas difíciles con los hijos?

Anticípate y prepárate

No esperes a que suceda un hecho doloroso o crítico para poder hablar de temas difíciles con los hijos. Conviene que hables sobre estos temas con tus hijos de la forma más natural y simple posible. Aprovecha las ocasiones en que estos temas se presentan a diario como en la televisión o en la vida de conocidos.

Algunos de los motivos por los que puede ser difícil hablar de ciertos temas con los hijos, es porque se han generado tabúes alrededor de ellos. También puede ser porque pueden producir emociones que no siempre se saben manejar; o quizás porque se carece de información veraz y confiable.

Independientemente de la razón, no te presentes con lo que crees que sabes o has escuchado. Es fundamental que te prepares con la mejor información disponible para tener una conversación eficaz con ellos.

Si los niños y adolescentes no reciben información acertada, es probable que la busquen en otras fuentes o que inventen sus propias razones para explicar lo que está ocurriendo. El problema es que no siempre puede ser información confiable o saludable. Ten presente que estos temas son parte inherente de la vida y deben ser tratados como tal; con recursos adecuados, información precisa, naturalidad y simplicidad. 

Indaga qué saben al hablar de temas difíciles con los hijos

Son temas difíciles de hablar con los hijos, sí, pero eso no quiere decir que tengas que usar palabras rebuscadas; debes adecuar el vocabulario del tema acorde a la edad de tu hijo. Una buena manera de hacerlo y de iniciar la conversación es escuchándolos, así podrás saber qué ideas tienen y qué vocabulario usan para referirse a ello.  

Pregunta qué saben o conocen; qué han oído decir a sus compañeros o de otras fuentes; qué sensaciones o sentimientos les produce el tema. De esta forma, puedes adecuar el lenguaje y la información al nivel de compresión de tu hijo, pero también a su edad. Esto también es útil para aclarar ideas erróneas y conocer de dónde están recibiendo información.

Habla con la verdad

No importa si son muy niños, siempre di la verdad y se honesto al hablar de temas difíciles con los hijos. No fantasees ni distorsiones la verdad. Los niños y adolescentes valoran la sinceridad y la honestidad; les genera confianza. Recuerda, no importa qué tan pequeños sean, siempre habla con la verdad.

No des respuestas imposibles de aceptar como: “el abuelito está en una nube”; “a los bebes los trae la cigüeña”. Tampoco es necesario que los llenes de detalles o explicaciones embarazosas. Se directo; trata de responder del modo más simple y realista posible. Se breve; no los llenes con explicaciones extensas que pueden confundirlos más.

Conteste todas sus preguntas

Al hablar de temas difíciles con los hijos es muy importante que también se sientan escuchados y comprendidos. Al final de conversar con ellos asegúrate que puedan expresar sus sentimientos y preguntas con confianza. Si se sienten escuchados y tenidos en cuenta, volverán a ti cuando tengan más dudas. También lograrás convertirte en una fuente confiable para ellos.

Prepárate para responder todas las preguntas que tengan tus hijos. No hay necesidad de sentir nervios. Si no se sabes que contestar, es mejor que seas honesto, en lugar de inventarles cualquier cosa. Se franco y diles: “no lo sé pero prometo que investigare y te daré la respuesta”.

Si como padre evades algunos temas o no les prestas atención, correrás el riesgo de enviar el mensaje equivocado.

Ten apertura

Finalmente, es esencial que siempre estes abierto para hablar de temas difíciles con los hijos. Los niños y adolescentes están descubriendo el mundo y, por lo tanto, están llenos de curiosidad. Siempre trata de mostrar disposición para abordar los temas que vayan surgiendo. De esta forma, no solo les estarás dando un mensaje positivo, sino que además favorecerás que cuenten con la información que necesitan y que las situaciones no los tomen por sorpresa.

Pero no te sientas presionado, como padre o madre tampoco tienes la obligación de hacerlo. Si no te sientes con la preparación suficiente o es algún tema que te cuesta hablar, está bien; es válido. Solo procura expresarlo con sinceridad y busca ayuda profesional que pueda responder a sus dudas. Puedes proponerle: “No me siento con la capacidad de hablar de este tema contigo, pero prometo que buscaremos un profesional e iremos juntos porque yo también quiero aprender”.

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Cómo hablar de temas difíciles con los hijos: Aspectos a tener en cuenta