Las emociones hacen parte de la naturaleza humana. Componen la parte más instintiva y primitiva de los seres vivos. De hecho, la habilidad para experimentar, expresar y controlar las emociones es más importante de lo que alguien se pueda imaginar.
Las emociones impregnan todas las áreas de la vida y asuntos sociales. De la capacidad de reconocimiento y regulación puede depender el éxito laboral, académico y social. Asimismo, pueden ayudar al aprendizaje, la toma de decisiones, las relaciones afectivas y el autocuidado.
Las emociones también sirven para ayudarte a alcanzar objetivos, metas y adaptarnos a las diversas circunstancias que podamos atravesar.
Algunas teorías clasifican las emociones en positivas y negativas; sin embargo, no hay emociones buenas o malas, solo emociones. La experiencia que cada uno pueda tener con ellas puede ser positiva o negativa. Cada una tiene su función biológica, social y psicológica: hasta la tristeza es necesaria.
En realidad, lo negativo puede ser no saber gestionar las emociones; esto puede llevar a desarrollar comportamientos desadaptativos, malestares psicológicos o enfermedades mentales. Lamentablemente, en la actualidad se le ha dado más peso a la dimensión cognitiva de los pensamientos y comportamientos que a la parte socioemocional.
¿Por qué es importante saber controlar las emociones?
La capacidad de controlar las emociones puede ayudar a moderar las expresiones que se presentan desproporcionadas o inadecuadas. Por ejemplo, en el caso de sentir rabia o ansiedad, evita que puedas hacer o decir algo de lo que puedas arrepentirte. La gestión emocional también se orienta hacia la motivación y visión de otras emociones menos habituales que conducen al bienestar.
El proceso de regulación emocional no cambiara totalmente lo que se siente, pero sí permite que su intensidad y duración sea diferente. Pero más importante, controlar las emociones adecuadamente, evitará que actuemos impulsivamente.
La evidencia muestra que aprender y desarrollar habilidades de regulación emocional inserta mejoras en cada aspecto de la vida.
Aprendiendo a controlar las emociones
Distrae tu mente
Una de las técnicas para controlar las emociones es tratar de evitar desviar tu atención cuando estés experimentando una fuerte emoción. Por ejemplo, si te estás sintiendo enojado, triste o muy estresado, distraer tu mente es una buena técnica para que mantengas esas emociones bajo control.
No se trata intentar pensar en otra cosa, pues el resultado será totalmente el opuesto; se trata de redireccionar el foco de tus pensamientos. Salir a caminar, cambiar de ambiente, pensar en lo que harás en la noche o llamar a algún amigo puede funcionar a restarle intensidad a la emoción. Esto ayudará a que te calmes y pienses mejor en la situación y lo que puedes hacer. Recuerda que las distracciones saludables son solo temporales.
Practica la relajación
Hacer ejercicios de meditación y relajación con frecuencia puede ayudar a disminuir la intensidad de varias emociones como la ansiedad o el estrés. Practicar ejercicios de respiración sólo cuando aparezca la emoción, no va a funcionar; el entrenamiento constante de estas técnicas, sí.
Tomar unos minutos al día para respirar profundamente y pensar en cosas placenteras, puede ayudarte a lograr la meta de controlar tus emociones. La meditación puede ayudarte a aumentar la conciencia de tus sentimientos y experiencias. Cuando haces esto, te enseñas a reconocer y aceptar todas las emociones, especialmente las no tan agradables.
Haz ejercicio
La actividad física es otra de las estrategias que puedes usar para gestionar y controlar las emociones. El ejercicio ayuda a liberar tensión acumulada y liberar hormonas relacionadas con un mejor estado de ánimo y mayor autoestima.
Escribe para controlar las emociones
Esta, quizás, es una de las técnicas más importantes que puede ser de mucha ayuda en la regulación emocional. Escribir lo que sientes, no solo a nivel emocional sino también a nivel fisiológico ayuda a entender y conocer tus propias emociones.
A través de la escritura vas a poder canalizar lo que sientes logrando mantener la calma, verás la situación de forma más clara, hará que puedas comprender qué te llevó a reaccionar así y que mejores tu respuesta al suceso.
Llevar un diario, es una de las mejores cosas que puedes hacer para desarrollar la inteligencia emocional. También puedes escribir una carta compasiva hacia ti mismo. Esta te dará la capacidad de mirar todo de manera objetiva, practicar la validación, compresión e incentivar la toma de mejores decisiones.
Para finalizar, es necesario que tengas en cuenta dos cosas. Primero, estás técnicas y estrategias para manejar y controlar las emociones, no sustituyen en ningún momento la psicoterapia; si estás pasando por un momento donde tu estado de ánimo se encuentra permanentemente alterado, es mejor que busques ayuda profesional. Segundo, la regulación emocional es una habilidad que no se trabaja de la noche a la mañana; requiere tiempo, compromiso y conocimiento.
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Referencias bibliográficas
Carminati, L. (2021). Emotions, emotion management and emotional intelligence in the workplace: Healthcare profesionals’ experience in emotionally-charged situations. Front. Sociol. https://doi.org/10.3389/fsoc.2021.640384
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Raypole, C. (2020). How to become the boss of your emotions. Healthline. https://www.healthline.com/health/how-to-control-your-emotions